Los misterios de una compañía que cautiva
Comprar la acción de una compañía es invertir en su modelo de negocio, su estrategia, su visión de mundo y la tendencia que persigue. Comprar una acción es ser socio de esa empresa.
Como dice Warren Buffett: “Si no se puede explicar el modelo de negocios, mejor dejar pasar la oportunidad”.
Para nosotros en DVA, esto es un mantra. Sin embargo, encontrar oportunidades para nuestros fondos nunca es fácil, el mercado se anticipa y encontrar un buen modelo de negocio, con ventajas competitivas y que esté a un precio razonable no se da en repetidas ocasiones.
Cada proceso de encontrar una compañía es distinto, a veces filtramos por industrias o en otras oportunidades leemos noticias relacionadas a algo que nos llama la atención. A mitad de año, uno de mis compañeros hizo una presentación macro de Japón. Un mercado donde las tasas de inflación llamaban la atención en un contexto mundial donde los precios subían como la espuma.
Pasó el tiempo y Fernado Gómez, el CEO de DVA, nos envía una columna de una compañía que le había llamado tremendamente la atención. ¿El título de la columna? "Conoce a Keyence, consultor de las fábricas del mundo”.
Ya no había vuelta atrás, necesitábamos entender su negocio y llevarla a uno de nuestros comités semanales de inversiones. Sí, todas las semanas del año revisamos empresas del mundo.
Keyence posee un modelo de negocio único. Automatiza líneas de producción sin fabricar absolutamente ningún producto, solo los diseña.
Su gran ventaja competitiva, el conocimiento de los problemas que aquejan a sus clientes. Invierten horas y horas de sus ingenieros para saber que necesitan y poder diseñar la mejor solución posible. Están presentes en casi todas las industrias del mundo, desde Boeing hasta Taiwán Semiconductor, con una diversificación de productos verdaderamente notable y con presencia en gran parte del planeta.
Todo esto llama a ser más cauto a la hora de investigar una compañía. Sobre todo, con los números que veíamos. ¿Cómo podía Keyence mantener su liderazgo si invierte menos del 2% de sus ingresos en investigación y desarrollo? ¿Cómo pueden seguir generando valor si su Capex es alrededor del 1% de sus ventas anualmente? Los márgenes parecen ser realmente milagrosos con tan poca inversión.
Cuantitativamente, la compañía era increíble. Márgenes netos estables de 40%, mientras sus competidores Omron y Fanuc no llegan al 20%. Además, posee una generación de caja espectacular y un balance donde el 43% es efectivo.
Quién no quisiera ser socio de una compañía así. Pero había algo que hacía ruido. La compañía divulga tan poca información que era inevitable el pensamiento de: “Es muy buena para ser verdad”.
Sus reportes anuales tienen apenas 30 páginas, no les gusta hablar con la prensa y el secretismo abunda dentro de sus empleados. Y las preguntas no terminaban: ¿Qué hace la compañía con todo el dinero que genera, sin inversión, sin adquisiciones y con pocos dividendos repartidos?
Dudas y certezas son llevadas a nuestros comités de inversión, pero muchas veces no basta con investigar una compañía o una industria por semanas para volverse expertos de estas. Con el fin de entender de mejor manera una compañía con tantos misterios alrededor, es imprescindible hablar con gente que sepa aún más.
Es por eso que contactamos al analista de uno de los reportes que leímos sobre “Key of Science”. Lleva 20 años cubriendo la compañía y vive de cerca el liderazgo de Keyence en Japón. Claramente un recorrido más largo que el mío.
Muchas de las dudas acerca de las fortalezas y debilidades de la compañía se esclarecieron en nuestra conversación. Aprender de personas más cercanas a las empresas es una parte importante para ver cosas que a priori son difíciles de identificar. En este caso fue un analista especializado, muchas otras son los mismos investor relations. El punto clave es que no nos quedamos tranquilos hasta entender todo lo necesario antes de aprobar una compañía como sujeta de inversión.
Más allá de nuestra decisión final acerca de ella, el proceso es lo más relevante. Este proceso, que hacemos para todas las compañías de nuestros fondos, nos permite discernir entre un buen o mal negocio.
No sabemos si la acción subirá o bajará en el futuro, pero sí nos aseguramos entender lo mejor posible cuál es la misión de la compañía, su estrategia, sus ventajas y sus riesgos.
Estamos seguros, que este enfoque en el proceso, se verá reflejado en el resultado final tarde o temprano.