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La economía del espacio

El universo no solo tae consigo un sinfín de misterios, sino también un gran potencial económico.
La economía del espacio
NASA / Unsplash

¿Negocio satelital o turismo espacial?

Así como alguna vez Estados Unidos y la extinta Unión Soviética animaron una carrera espacial que llevó al hombre a pisar la luna, las nuevas pugnas por conquistar lugares fuera de este planeta son protagonizadas por personas comunes y corrientes. Bueno, quizás no tan comunes.

Los multimillonarios de nuestro mundo nos han dejado una cosa en claro: Están dispuestos a gastar montos absurdos de dinero en comenzar la nueva era de la economía espacial. Por más que se vea como un capricho entre filántropos, no podemos negar que estos pequeños pasos, son nuevamente un gran salto para la humanidad.

¿Pasó algo?

Probablemente hace un tiempo vieron en algún noticiero las aventuras de Richard Branson o de  Jeff Bezos a bordo de sus naves, dando un nuevo paso hacia el turismo espacial. Sin embargo, es aquella rama menos mediática de la economía espacial la cual esta dando que hablar: El lanzamiento de satélites.

Mientras Space X de Elon Musk sigue creciendo a pasos agigantados, lanzando 150 nuevos satélites para su red de internet Starlink, dos otras compañías de la industria alistan su llegada a la bolsa.

La compañía de Richard Branson,  Virgin orbit, se lanzará a la bolsa mediante una fusión con NextGen Acquisition Corp II. Por otro lado, su competidora Rocket Lab, comenzó ya a transar el 25 de agosto.

¿Por qué es importante?

Como bien podemos observar, la competencia en este mercado parece ir creciendo. Las rivalidades entre estos millonarios traerán consigo una aceleración tremenda en innovación y tecnología que nos acercará cada vez más a los misterios del espacio.

Tanto el turismo espacial como el lanzamiento de satélites comprenden un mercado que puede ser cada vez más relevante y donde ya algunos analistas prevén un valor de un billón de dólares para 2040.

Acercando la lejanía

A diferencia de la noticia anterior, posiblemente lo que mueve a los astrónomos no es cuanto valdrá el mercado espacial, sino más bien la pasión por encontrar respuestas en los rincones más lejanos del universo.

¿Pasó algo?

En diciembre próximo, la NASA planea lanzar el telescopio espacial James Webb. Este nuevo telescopio, sucesor del mítico Hubble, fue construido en una colaboración por 17 países y tiene como misión principal la búsqueda de nuevos exoplanetas y encontrar respuestas más precisas al origen del universo.

El telescopio, cuyo costo fue de aproximadamente 9.6 mil millones de dólares, estará situado en una posición mucho más privilegiada que su antecesor, estando en una ubicación estacionaria en el sistema solar a aproximadamente 1.5 millones de kilómetros de nuestro planeta.

¿Por qué es importante?

James Webb ofrecerá una resolución increíble y es capaz de capturar una amplia gama de longitudes de onda pudiendo observar objetos a más de 13.6 mil millones de años luz. Además, un estudio de la universidad de Ohio mostró que este telescopio tiene la capacidad de detectar señal de vida en otros planetas en tan solo 60 horas.  ¿Será que en la próxima década encontremos vida extraterrestre?