Lululemon y la revolución de los joggers
La pandemia nos obligó a cambiar.
Aunque suene a chiste repetido, la verdad es que el cambio no para de sorprendernos.
En estos meses, o mejor dicho años, hemos visto a empresas como Zoom emerger y volverse indispensables de un día para otro. También, hemos sido testigos de la escasez de chips, del nacimiento de múltiples robots, del avance de los taxis aéreos y de la búsqueda frenética por vacunas.
En medio de este torbellino de robots, vacunas, chips y tecnología, también se instaló el athleisure. Puede que no te suene tanto el concepto, pero apostamos a que en estos meses también lo has experimentado.
¿Qué es el athleisure? Simple: ropa de deporte con un giro de sofisticación y moda. ¿Reunión por zoom en patas? Sí. ¿Días de intenso trabajo sin salir de la casa en shorts de running? También.
La pandemia y la vida en casa han multiplicado este mercado que ya venía dando buenos resultados. Y si al principio fueron las mujeres las principales usuarias, de a poco muchos hombres también han caído rendidos a esta tendencia.
Grandes marcas han agregado la categoría a su oferta. No sólo eso, la “ropa deportiva” se expone en lugares en los que antes estaban los modelos más jugados y atractivos de las colecciones de temporada.
Así las cosas, imposible hablar de athleisure sin hablar de Lululemon Athletica, una de las marcas del rubro que ha logrado capitalizar de mejor manera la tendencia.
Es que mientras todos hablan de Tesla, Blue Origin y Amazon, esta compañía de ropa deportiva se está transformando silenciosamente en un hit de ventas y una estrella en términos de valorización y rentabilidad.
Gracias sus famosos “joggers” (en simple, un buzo), Lululemon es uno de los líderes en la moda de athleisure. La compañía duplicó sus ventas en 5 años gracias a una estrategia con dos pilares fundamentales: un fuerte canal online propio unido a sus más de 530 tiendas físicas, y una estrategia de marketing sin grandes rostros deportivos, sino que basada en embajadores locales para cada zona. Gracias a esto, hoy son los segundos en participación en una industria que supera los US$350 mil millones.
Así las cosas, la compañía fundada en Canadá en 1998 no para de sorprender. Por ejemplo, mientras los mayores índices accionarios mostraron pérdidas durante septiembre, Lululemon se mantuvo positiva. Y así sido ha sido durante los últimos 5 años en los que acumula una rentabilidad del 500%.
Durante el último trimestre, los ingresos de la compañía crecieron 61% en comparación a 2020 y llegaron a US$1.400 millones. Con esto, su valorización alcanza los US$53.000 millones y ya supera a otras grandes marcas deportivas como Puma (US$14.785 millones) y Under Armour (US$9.066 millones), y le pisa los talones a Adidas (US$60.455 millones). Eso sí, aún le queda muchísimo para alcanzar al gigante que es Nike (US$236.784 millones).
Hacia adelante
Con el mercado de Canadá y Estados Unidos ya bien mapeado, el plan de crecimiento tiene un importante componente de presencia física internacional.
Para aumentar las ventas en este segmento -que hoy solo explican el 14% del total, está en carpeta la apertura de unas 40 nuevas tiendas en diferentes mercados. Esto, para apoyar el canal online con el que ya llegan a todo el mundo.
Con eso, la compañía podría seguir creciendo y encantando al mercado financiero que la tiene bien considerada.
Aunque es imposible saber cómo será el futuro de la compañía, lo que sí está claro es que la pandemia afectó cada aspecto de nuestras vidas, incluso la forma en que nos vestimos, y Lululemon es una muestra clara de ello.
En la vereda menos feliz, la empresa se enfrenta a interrogantes que deberá despejar: la creciente competencia, la capacidad de evolucionar con el mercado y buscar una fórmula para no quedar a merced de los problemas en la cadena de suministros para mantener sus stocks al día.