Mi ruta en finanzas: El inversionista que puedo/quiero ser
No me gustan las montañas rusas. La verdad es que les tengo pánico y desde muy chica. No es que haya tenido una mala experiencia. Simplemente, por mi personalidad, no me gusta perder el control. Y las montañas rusas, para mí son eso.
En este sentido, soy bien poco arriesgada.
Pero a la hora de invertir, la cosa es bien distinta. Ahí, sí tomo más riesgos.
¿Por qué la diferencia? Probablemente la sicología tiene una respuesta, pero como nuestro foco aquí son las inversiones, debo decir que, en mi experiencia, la personalidad no necesariamente define quienes somos como inversionistas.
Entonces, clave aquí es definir nuestro perfil financiero.
Vamos en orden: primero armamos un presupuesto para saber cuánto podemos ahorrar al mes.
Lo que sigue, muchos creerán que es ver dónde invierto ese monto para que no pierda valor en la cuenta corriente y, de paso, evitar la tentación de usarlo sin mucha conciencia.
Pero, se saltaron un paso importante que es esencial para evitar frustraciones y malas experiencias.
¿Quién soy?
Muchos factores influyen a la hora de definir el perfil del inversionista. Algunos de ellos son la edad, el estado civil, los hijos, las deudas que acarreas, los ingresos, el tipo de trabajo que tienes, los objetivos y la rentabilidad que esperas obtener en el tiempo.
Probablemente si eres soltero, estás en tus 20, tienes sueldo fijo y pocas deudas, no tomarás las mismas decisiones de alguien que se acerca a los 40, tiene hijos, un crédito hipotecario en curso y es emprendedor.
Lo que se busca al crear el perfil de inversionista es que no sufras con las inversiones. Sino que sean la mejor herramienta para que tus ahorros se multipliquen con los menores contratiempos desde el punto de vista de las expectativas.
Nota importante: se puede tener un poco de cada perfil…a muchos nos pasa, y el perfil puede ir cambiando en el tiempo.
· El conservador
La seguridad es clave para el perfil conservadores. Es decir, prefiere las certezas a la incertidumbre. En este perfil caen aquellos que quieren saber cuánto van a rentar sus inversiones en el tiempo. Es decir, optan por instrumentos de renta fija con una rentabilidad clara y por un plazo definido en el corto o en el mediano plazo. El conservador tiene poca tolerancia al riesgo y prefiere ir “lento pero seguro”. Es una alternativa segura de ahorro que, en general, mantiene el valor del dinero en el tiempo sin perder poder adquisitivo.
· El moderado
Aunque para algunos el inversionista moderado tiene mucho de conservador, sí tiene mayor tolerancia al riesgo. Invierte sus ahorros en un portafolio más diversificado que no solo incluye instrumentos de retorno fijo. Busca una mayor rentabilidad, pero sin dejar tan del lado la seguridad. Además, tienen un horizonte de inversión de más largo plazo. Aunque no hay una regla establecida, muchos integran en sus portafolios los instrumentos de renta variable en un peso similar los de renta fija.
· El arriesgado
En el tope de la pirámide está el inversionista arriesgado. Este busca los mayores rendimientos posibles y, para eso, está dispuesto a asumir riesgos. Esto implica una alta tolerancia a la incertidumbre y el plan de generar altas ganancias, pero también, a veces, grandes pérdidas. Aunque los arriesgados también invierten parte de sus ahorros en instrumento de rentabilidad fija, la mayor parte está en renta variable y en activos de mayor volatilidad. Aunque cualquiera puede considerarse un inversionista arriesgado, hay cierto consenso que para correr tanto riesgo es necesario tener cierta “solidez” económica que permita amortiguar las pérdidas de ser necesario.
Si quieres definir tu perfil más allá de las definiciones, ayuda mucho hacer algún test. Aquí te dejo el que la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) tiene disponible en su web.
Con esto, avanzamos un paso más para lograr que tu ruta por el mundo de las inversiones sea lo más informado posible.