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Los chips más pequeños son obra de compañías cada vez más grandes

Columna en El Mercurio Inversiones
Los chips más pequeños son obra de compañías cada vez más grandes

Original en El Mercurio Inversiones

Esos pequeños chips que forman parte del sistema nervioso de sus cada más poderosos celulares y computadores son realizados por firmas cada vez más grandes.  

Durante este año, mientras el mundo ha tenido que resistir primeras, segundas y hasta terceras olas de contagios por el covid-19, en la industria de los semiconductores se ha producido una ola de adquisiciones que tomó fuerza en las últimas semanas

Primero fue Nvidia, la californiana y que es principal diseñadora de chips dedicados al procesamiento gráfico: en septiembre anunció la compra de ARM, la principal diseñadora de chips de teléfonos móviles, por USD 40 BN. Luego fue Intel, que vendió su negocio de memoria a su competidora coreana SK Hynix por USD 9 BN. Por último se sumó AMD, la principal competidora de Intel en el ámbito de los procesadores (o CPUs), que anunció la compra de su competidor Xilinx, por USD 35 BN. A estas adquisiciones se suman un par más de menor tamaño.

Los montos de las transacciones son importantes, y el impacto estratégico puede ser aún más notorio, ya que todas estas compañías están en la vanguardia del desarrollo tecnológico actual.

Tanto Nvidia como AMD han tenido un crecimiento impresionante este año. La valorización de mercado de ambas compañías ha aumentado en 129% y 78% respectivamente en lo que va del 2020. Quizás esto llevó a que las compañías consideraran usar su nuevo tamaño de mercado para crecer aún más (la compra de ARM por parte de Nvidia se pagará en un 50% con acciones mientras que la compra de Xilinx será financiada un 100% con acciones de AMD).

Por otro lado, Intel está pasando por un mal momento. Sus problemas en la fabricación de los chips ha significado que el precio de su acción haya caído en 23% este año. Eso puede explicar la venta de su área de memoria, para enfocarse en su negocio principal, los mencionados CPUs.

Todas las compañías mencionadas –a excepción de ARM– están en el portafolio Ameris DVA Silicon Fund. Al lanzar el fondo en abril de 2019, notamos que la industria de producción de los semiconductores estaba muy concentrada en los 16 papeles en los que invertimos, y estas noticias refuerzan aún más esta teoría. Es muy difícil para un competidor externo superar las barreras de entrada de esta industria.

Tanta es la concentración, que es probable que las entidades regulatorias no permitan alguna de las transacciones por el poder monopólico que estas podrían generar.

Además del monopolio, distintos gobiernos ven como sus intereses se podrían ver severamente afectados con algunas de estas transacciones. El mejor ejemplo es el de ARM. La compañía basada en Inglaterra vende sus diseños a compañías de todo el mundo, sin discriminar. No por nada la denominan "la Suiza de la tecnología". Este modelo de negocios la llevó a tener hoy más de un 90% de participación de mercado.

¿Qué pasará si esta compañía pasa a manos estadounidenses? Es una de las grandes preguntas de la transacción. Especialmente para el gobierno chino, que ha visto los últimos años cómo la política proteccionista americana ha afectado directamente compañías insignes de ese país como Huawei o ZTE.

Se trata de una ola que tiene mucho mas por correr. Esta es la industria que entrega la base sobre la cual día a día, estamos digitalizando una mayor parte de nuestra vida cotidiana.