¿Cuándo Invierto? ¿Hoy, mañana o ayer?
Imagínense la última vez que se dieron cuenta que necesitaban algo. Unas zapatillas, por ejemplo. Cada día que pasaba estaban más seguros cuáles eran las que querían, pero al mirar la etiqueta el precio se alejaba de lo que queríamos pagar. Quizás esperamos a que llegara el milagro, o quizás derechamente hicimos el pago y salimos felices de la tienda.
En las inversiones pasa lo mismo. Muchos inversionistas saben que necesitan invertir, pero están siempre buscando la mejor oferta que entregue el mercado para comprar. Si queremos darle un matiz técnico y elegante, diríamos que están esperando “una corrección”.
De ahí nace la pregunta, ¿podemos calcular el momento conveniente para entrar en el mercado? La literatura muestra que, por lo general, no.
Lo que si podemos hacer es destinar un presupuesto para nuestras inversiones. En el mundo de las zapatillas, si no existe la oferta lamentablemente no puedo comprar ese par, pero en el mundo de los mercados financieros, si los precios suben yo igual puedo comprar. Si el mercado cae, compré “caro” (pero compré poco), en cambio si el mercado sube, lo que yo consideraba caro terminó siendo una oferta encubierta. Por eso, podemos tener la disciplina de invertir todos los meses, independiente del precio del mercado.
Esta estrategia se conoce como “Dollar Cost Averaging”, y nos permite reducir el impacto de la volatilidad en el precio promedio en que compramos un activo financiero. Si invertimos todos los meses lo mismo, vamos a comprar más cuando el mercado esté “barato” y menos cuando esté “caro”, pero constantemente iremos aumentando nuestra inversión.
Si bien hemos hablado como que el mercado puede subir o caer con igual probabilidad en el día a día, la historia nos dice que la trayectoria de largo plazo ha sido hacia arriba.
Eso implica que, si esperamos para invertir, probablemente terminemos pagando un precio mayor. Por lo tanto, si tenemos una suma importante parada en la cuenta corriente y queremos invertir, debiésemos hacerlo lo antes posible.
Si tomamos el consejo anterior, perderemos el miedo a empezar (el mejor momento fue ayer). Además, sabremos qué hacer cuando recibamos alguna suma importante, recibiendo una herencia, por ejemplo.